Con toda seguridad es porque las situaciones traumáticas vividas en el pasado no han podido ser procesadas adecuadamente.
Imagina a tu cerebro con sus dos hemisferios derecho e izquierdo, unidos a modo de puente por el cuerpo calloso. Cualquier experiencia que vivas, debe ser procesada por tu cerebro, pasando la información de un hemisferio a otro a través del cuerpo calloso, para posteriormente ser almacenada en la “caja de recuerdos” como una experiencia más.
Después de una situación traumática, el cerebro deja de procesar la información adecuadamente y ya no la almacena. Las emociones, sensaciones y creencias limitantes que acompañan a esa situación, permanecen intactas. Esto no ocurre solamente en grandes traumas, sino que también ocurre cuando no has podido “digerir” una situación cotidiana.
Cuando has sufrido experiencias que no has podido superar y que te afectan negativamente y te hacen sentir triste, enfadado o angustiado, porque sigues sufriendo como si la situación traumática estuviese ocurriendo en el presente, y las emociones negativas asociadas a ese acontecimiento se reactivarán.
Por cierto, se entiende como trauma cualquier hecho que haya tenido efecto negativo y duradero en ti. En cuestión de traumas no siempre se cumple eso de que el “tiempo todo lo cura”.
Para el cerebro, el sistema de procesamiento es un mecanismo de curación y cuando este procesamiento no se produce, el trauma se mantiene “vivo” y, por eso decimos que el pasado se mantiene en el presente.
¿Qué puedes hacer entonces para superar los traumas que permanecen vivos?
Te puede ayudar, trabajarlos con EMDR (Reprocesamiento y desensibilización a través del movimiento ocular). Es un abordaje psicoterapéutico que trata los problemas emocionales causados por experiencias traumáticas, y consiste en la estimulación bilateral de ambos hemisferios cerebrales mediante movimientos oculares, sonidos o pequeños golpecitos (tapping).
El movimiento ocular imita a los movimientos oculares rápidos que ocurren en la fase REM del sueño y, esto hace que se procese adecuadamente la información desagradable. Es también una fase de aprendizaje, y en ocasiones, por la mañana al despertar, verás la situación vivida desde otra perspectiva más agradable.
Es una terapia excelente para tratar traumas psicológicos de una manera rápida como en el caso de:
- Traumas recientes (pérdida de trabajo, operaciones…)
- Traumas sufridos incluso desde la infancia (no importa el tiempo transcurrido)
- Duelos
- Ansiedad
- Trastornos de pánico
- Fobias
- Tratamiento de adicciones (dejar de fumar…)
- Dolor crónico (artrosis, dismenorrea, fibromialgia…)
- Trastornos alimentarios
- Cefaleas, migrañas
- Depresión…
El EMDR te ayuda a comprender el porque te pasa lo que te pasa y que puedes hacer al respecto. No importa que tan antiguo sea tu trauma, con EMDR puedes liberarte de él, superarlo y que deje de ser el freno en tu vida que te impide avanzar.
Por otra parte, las personas que sufren trastorno por estrés postraumático TEPT, tiene la zona del hipocampo (el centro de memoria del cerebro) disminuido de tamaño. Pero con EMDR se produce un aumento del volumen de éste. Lo que confirma que el cerebro es capaz de cambiar y crecer, lo que se conoce como neuroplasticidad.
En resumen, EMDR trabaja sobre los traumas del PASADO; ayuda a vivir las experiencias estresantes del PRESENTE, y mirar al FUTURO sin miedo, reforzando pensamientos y comportamientos.
¿Resuena contigo lo que te he contado?