Imagina que visitas a tu médico porque sufres de ansiedad y te pregunta:
«¿Qué pensamientos tienes antes de que aparezca la ansiedad?»
Probablemente, responderías algo como: «No pienso en nada, simplemente siento ansiedad». Sin embargo, este «no pensar en nada» no es del todo cierto. Nuestra mente está en constante actividad, produciendo entre 50.000 y 70.000 pensamientos al día. La mayoría de estos pensamientos los repetimos al día siguiente.
La forma en que pensamos determina en gran medida cómo nos sentimos. A menudo, estamos atrapados en un ciclo de pensamientos automáticos que refuerzan nuestras emociones negativas. Estos pensamientos repetitivos pueden alimentar el estrés, la ansiedad y el malestar emocional. Por tanto, es importante que podamos modificarlos para que jueguen a nuestro favor y no en nuestra contra.
El pensamiento es energía en movimiento
Nuestros pensamientos no son estáticos; están en continuo movimiento. La mente, al igual que nuestro cuerpo, está diseñada para el cambio y la adaptación. Cuando decimos «no pienso en nada», lo que en realidad ocurre es que no somos plenamente conscientes de esos pensamientos. Pero, al igual que es posible cambiar nuestros hábitos físicos, también podemos reentrenar nuestra mente para generar pensamientos más positivos y saludables.
Los pensamientos que surgen en momentos de ansiedad tienden a ser negativos. Los pensamientos son los verdaderos interruptores de la ansiedad. Sin embargo, con práctica, podemos reemplazarlos con alternativas que nos ayuden a crecer y enfrentar los desafíos del día a día. Es importante recordar que un pensamiento es creado por nuestra mente, y podemos crear tanto pensamientos positivos como negativos pero es imposible crearlos al mismo tiempo, tenemos que elegir.
Cómo reprogramar tu mente y comenzar a modificar tus pensamientos
Cambiar un pensamiento no es fácil, y requiere práctica constante, del mismo modo que cualquier hábito saludable. Al igual que los músculos necesitan tiempo para adaptarse a una nueva rutina de ejercicio, la mente también necesita entrenamiento para generar pensamientos más positivos. Estudios han demostrado que se requieren al menos 21 días para empezar a ver cambios significativos.
El primer paso para cambiar tus pensamientos es tomar conciencia de ellos y recordar que tú eres el creador de estos, y solamente tú puedes cambiarlos.
Por otra parte, es imprescindible cambiar el foco. Y para ello deberías centrarte en el presente porque solamente es ahí donde puedes cambiar tus pensamientos.
Técnicas para cambiar tu forma de pensar
1. Practica la gratitud: Dedica unos minutos cada día para pensar en tres cosas por las que estés agradecido. Este ejercicio sencillo puede ayudar a redirigir tu mente hacia aspectos más positivos de tu vida.
2. Cuestiona tus pensamientos negativos: Cuando surjan pensamientos negativos, pregúntate si realmente son ciertos. A menudo, nuestros pensamientos más dañinos no tienen base en la realidad, sino que son producto de nuestra interpretación de las circunstancias.
3. Visualización positiva: Imagina cómo te gustaría que fuese tu día o tu futuro. Esta técnica no solo te ayuda a sentirte mejor en el momento, sino que también te permite enfocar tus acciones hacia la consecución de tus metas.
4. Ejercicio físico y meditación: La mente y el cuerpo están profundamente conectados. El ejercicio físico regular y la práctica de la meditación pueden ayudar a reducir los niveles de estrés y mejorar tu capacidad para manejar pensamientos negativos.
Beneficios de cambiar tus pensamientos
Aprender a dirigir tus pensamientos no sólo te ayudará a reducir la ansiedad y el estrés, sino que también te proporcionará beneficios a largo plazo, como:
- Mejora de tu bienestar físico y emocional: Al reducir el estrés mental, también reduce los síntomas físicos asociados, como dolores de cabeza o tensión muscular. Fortalece también el sistema inmune.
- Mejor capacidad para resolver problemas: Cuando tu mente no está atrapada en pensamientos repetitivos, eres capaz de encontrar soluciones de forma más eficiente.
- Mejora tu capacidad de aprendizaje
- Aumento de la confianza en ti mismo: A medida que logras reestructurar tus pensamientos, ganarás confianza en tu capacidad para manejar situaciones difíciles.
- Mejor calidad de sueño: Pensamientos menos agitados y más positivos facilitan un descanso más profundo y reparador.
En resumen
Los pensamientos son poderosos y afectan a tu estado de ánimo. El proceso de reprogramación mental puede ser desafiante, pero los beneficios son evidentes: menos ansiedad, más equilibrio emocional, y una vida más plena. Al fin y al cabo, tus pensamientos determinan cómo te sientes, y solamente tú tienes el poder de cambiarlos.
Recuerda que Eres el Pensador de tus Pensamientos