LA TRISTEZA es una emoción básica que todos podemos sentir en algún momento, cuando sufrimos pérdidas, ya sea un ser querido, un trabajo, un estatus etc, algo a lo que estábamos emocionalmente vinculados. Cuando una persona se siente triste está desanimado, sin ganas de hacer nada, duerme mal y siente que no es la misma persona que era antes y no sabe por qué.
Una emoción en sí misma no es ni buena ni mala, es sólo lo que sentimos. Es normal sentirse triste cuando pierdes a un ser querido, elegir estar solo y no querer ver a nadie al recordar a la persona que no está; esto de alguna manera te ayuda a procesar la situación.
Cuando una emoción como la tristeza empieza a afectar a alguna de las áreas de tu vida, se convierte en una emoción negativa, se prolonga en el tiempo y puede llegar a enfermarte y terminar en una depresión.
La tristeza también se refleja en rasgos de tu cara, aunque quieras disimularla.
Para superar la tristeza, propongo a mis pacientes tres ejercicios sencillos y eficaces que vale la pena probar:
Tríptico de actividades agradables: divide una hoja en tres partes y nombrarlas como pasado, presente y futuro. En cada hilera escribe todos los momentos agradables que recuerdes del pasado, con la única condición indispensable de que sean recuerdos agradables.
En la hilera del presente, haz lo mismo, pequeñas cosas agradables que ocurren en el día a día. Y en la hilera del futuro, imagina que cosas te pondrían contento y te haría sentir un poco más feliz. No pongas freno a tu imaginación. Escribe al menos 5 cosas en cada hilera. Y repite este ejercicio cada día.
Aumento de contactos: aunque estés desganada y no tengas ganas de hablar con la gente, busca a tus amigos, aunque solamente sea para hablar un rato. Y si surge tomar un café, no lo dudes, y aunque no tengas muchas ganas de salir, haz un pequeño esfuerzo, valdrá la pena.
Actividad física: es imprescindible para vencer la tristeza y es un excelente antidepresivo. Puedes empezar con un paseo 3 ó 4 veces a la semana. Unos 10 minutos 3 veces al día o 30 minutos de una vez, es suficiente, y si es en compañía mejor todavía. También puedes bailar, ir en bici, gimnasia… todo lo que mueva el cuerpo y que te guste servirá. No hay excusa para no hacerlo.
El ejercicio aumentará las endorfinas, la hormona de la alegría y el bienestar.
Y recuerda que la alegría es un antídoto de la tristeza.