¿CUÁNTAS VECES HAS DICHO “necesito un poco de paz y tranquilidad”
Algunas de las claves que te pueden ayudar a conseguir paz interior
1- Ocuparte en lugar de preoucuparte. Seguro que en ocasiones no puedes evitar preocuparte, pero de nada vale estar dándole vueltas y vueltas a un problema, solo te llevará a un callejón sin salida que lo único que provoca es aún mayor ansiedad.
Es imprescindible cambiar el foco, y no mirar al problema que te preocupa sino ocuparte de buscar soluciones. Recuerda lo que decía Dalai Lama: “Si un problema tiene solución ¿para qué preocuparse?, y si no la tiene ¿para qué preocuparse?
2- Vive el presente. Olvídate de los y si…y si… ocúpate de los problemas ahora. Vive el presente. Si te preocupas por el futuro, solo conseguirás desesperarte, el futuro es incierto, lo que hoy te preocupa tanto, quizás mañana no exista.
3- Respiración consciente. Cuando los problemas te desborden, detente un momento y haz respiraciones conscientes, lentas y profundas. Puedes imaginar tres velas encendidas y que están un poco alejadas y tienes que apagarlas expulsando el aire con fuerza. Seguro que te encontrarás mejor cuando lo hagas. Una respiración consciente te mantiene en el presente.
4- Actividad Física. Parece contradictorio que para tener paz haya que ponerse en movimiento. El ejercicio físico diario es beneficioso tanto a nivel físico y como mental. También te ayudará a desconectar de las preocupaciones y aumenta las endorfinas (hormonas de la alegría).
5- Sueño reparador. Una de las manifestaciones de la ansiedad es el insomnio, la falta de sueño o la mala calidad del mismo. Dormir mal solo empeora la situación. Practicar la respiración consciente y la gratitud ayudarán a mejorar la calidad del sueño.
6- Pensamientos positivos. Los pensamientos negativos son los interruptores de la ansiedad. No es fácil cambiar los pensamientos negativos si mantienes el foco en el problema. Tenemos tendencia a detectar más fácilmente todo lo negativo que nos rodea, pero podemos entrenar al cerebro para identificar lo positivo.
Para cambiar el foco te propongo un sencillo ejercicio. En un folio en blanco que representa tu vida, dibuja un círculo que refleje el tamaño de tu problema. Por fuera del circulo escribe todo por lo que podrías dar gracias a la vida: por la salud, familia, comida, tus amigos… todo lo que está bien genera esos pensamientos positivos.
Agradece cada día todo lo bueno que tienes.
