SI NO HAS hecho ejercicio y tu alimentación fue a base de exceso de harinas, grasas saturadas, alimentos ultra procesados, bollerías, dulces y alcohol. Y además viviste situaciones de mucho estrés, todo ello ha favorecido el sobrepeso y sobre todo el acúmulo de grasa abdominal. O quizás has hecho una dieta saludable y ejercicio físico, pero tu cintura no ha perdido ni un gramo de grasa. ¿sabes a que se debe esto? Dos razones importantes colaboran, la falta de sueño y el estrés.
En situaciones de estrés, además de aumentar el cortisol (hormona del estrés), se generan problemas de tiroides, aumento de peso, ansiedad y es más probable que tengas más antojo de alimentos no precisamente sanos como bollería, chucherías, grasas, bebidas azucaradas etc.
Cuando tu vives en un estado de estrés crónico, el cortisol aumenta y se activa la “retención de grasa”. Como ocurría a nuestros antepasados que en una guerra o épocas de hambruna cuando escaseaba el alimento, el cuerpo recibía la señal de retener grasa como mecanismo de reserva.
Así que lo que comes mientras tienes altos los niveles de cortisol, se guardará como grasa abdominal.
PARA BAJAR BARRIGA. Es importante cambiar hábitos en la dieta, el ejercicio, el sueño y la gestión del estrés.
DIETA: Restringir los hidratos de carbono, sobre todo azúcar y trigo. Consumir 90-120 gr de proteínas acompañadas de abundantes verduras, grasas de calidad (semillas, aguacate, aceite de oliva, aceite de semillas, nueces…)
Eliminar el glutamato monosódico (GMS), el E-621. Potenciador de sabor que se añade a la comida procesada (snacks, patatas fritas…) provocando una reacción compulsiva de comer.
EJERCICIO: El ejercicio físico regular aumenta las endorfinas, hormonas del bienestar que contrarrestan el cortisol. Se recomienda empezar simplemente caminando. Y lo ideal sería caminar sin parar 30 minutos, un mínimo de 3 veces a la semana.
SUEÑO: El estrés nos lleva a dormir menos y la falta de sueño puede interrumpir el funcionamiento de la grelina (hormona del hambre), y la leptina (la hormona de la saciedad). Ambas son hormonas reguladoras del apetito. Dormir entre 7 y 8 horas disminuye el cortisol.
ESTRÉS: Las emociones como el miedo o la rabia provocan en el corazón latidos rápidos e irregulares y ese desequilibrio se va a irradiar al resto del cuerpo. La respiración consciente es una buena manera de disminuir el estrés y por tanto el cortisol, pero es necesario hacer el entrenamiento un mínimo de 3 minutos, 3 veces al día, durante 3 semanas.