De las cerezas se aprovecha todo: el fruto, los huesos y los rabitos.
Si los palitos aún no están bien secos los puedes poner al sol. Cuando estén secos puedes preparar una infusión a partes iguales con cola de caballo. Es ideal para la retención de líquidos. Se puede tomar varias veces al día.
En cuanto a los huesos hay que hervirlos en agua con un chorrito de vinagre, se escurren y se ponen a secar. Cuando estén bien secos se pueden preparar los saquitos de huesos de cerezas, un remedio que se conoce desde la época de los persas y que se puede utilizar tanto como compresa caliente o compresa fría.
El hueso de la cereza tiene propiedades interesantes como la de conservar el calor y el frío y también la de absorber la humedad del cuerpo, evitando la sudoración.
Necesitaremos telas de algodón, huesos de cereza y hierbas aromáticas como la lavanda, menta… Se prepara un saquito pequeño con las hierbas que introduciremos en el saco grande antes de rellenar de huesos. Se cierra la bolsa y está lista para ser utilizada.
Si lo vas a utilizar caliente, lo puedes calentar en el microondas no más de 3 minutos y vas probando hasta encontrar la temperatura adecuada. Y si lo necesitas para aportar frío, mete el saquito en una bolsa de congelados y al congelador.
El saquito de calor es adecuado para la lumbalgia, contractura cervical, dolor de espalda, dolor menstrual, para calentar los pies o la cama en invierno e incluso para relajarnos.
El saquito frío puede ser útil en algunos dolores de cabeza, en golpes, calambres etc.