¿Has perdido alguna vez a un perrito que vivía contigo? ¿Tu entorno entendía que estuvieses triste por esa pérdida? ¿Pudiste hacer el duelo?
El duelo es la respuesta normal y natural a cualquier tipo de pérdida, no sólo a la muerte de una persona, aunque esta pérdida se diferencia de otras en la intensidad de los sentimientos. El fallecimiento de un ser querido resulta un acontecimiento muy difícil de aceptar, pero por el que todos pasaremos algún día.
En el duelo por la pérdida de una persona, los síntomas agudos suelen durar de 1 a 2 meses y lo esperable es una duración total entre 6 meses y un año.
El duelo por la pérdida de tu perro puede variar según cada persona y la relación que tenían ambos. Pero se calcula que puede ser de unos 6 meses. Esto no significa que no lo vas a echar de menos o que lo vas a olvidar, tan solo que el dolor ya no será tan intenso, y aunque puedas estar triste, pero eso no te impedirá seguir con tu vida diaria.
¿Para qué sirve el duelo?
Para aceptar la realidad de la pérdida, que es el paso más difícil. Expresar las emociones, sentimientos, identificarlos y comprenderlos, y aceptarlos. Para adaptarse a la nueva situación sin tu compañero perruno etc
Pero ¿Qué pasa cuando fallece tu perro?
Solo aquellos que ven que el perro es un miembro importante en la familia, pueden entender tu tristeza, tu llanto porque ahora al llegar a casa no está quien te recibía con gran alegría, Si te veía triste te consolaba a su manera, se sentaba a tu lado, apoyaba su cabeza en tu regazo, o se quedaba parado frente a ti mirando a tus ojos… ¿Y sabes por qué hacen estas cosas? Porque como demuestran estudios científicos, los perros son capaces de captar las emociones humanas y sobre todo de sus amos.
Aunque sabes que tu compañero perruno tiene una esperanza de vida menor a la tuya, nunca estas preparado para asumir esa pérdida, y por supuesto, que esa situación te llena de tristeza y es completamente normal sentirla. Todo empeora aún más, porque si bien duele mucho perder a tu peludo cuando llega a la vejez, más doloroso es perderlo cuando es aún joven y le quedaban otros tantos años por vivir. Esta pérdida es aún peor. Y te puede invadir el sentimiento de culpa al pensar que quizás se podría haber hecho algo más, o actuar más rápido, o haber entendido los síntomas de tu perro…
Aunque cada persona vivirá el duelo por la pérdida de su perro de una manera diferente, según su sentir, su apego debemos tener en cuenta las diferentes fases del duelo por las que se transita, como son la negación, la ira y la culpa, la tristeza y la aceptación.
Fase de Negación
Es una fase en la que estás en shock, en la que te puedes encontrar aturdido, nada parece real, los sentimientos están anestesiados etc. Esta situación responde a un mecanismo de protección ante la amenaza de un dolor psíquico insoportable. Esa pérdida es una herida profunda en tu corazón y tu mente te pedirá tiempo para cicatrizarla. La persona afectada niega lo que está pasando y habla en presente del compañero perruno. La persona se siente sola, vacía, confusa y triste. Esta situación es normal.
Fase de Ira y Culpa
En este momento, es conveniente poder expresar las emociones que sientes, la ira, la culpa, la sensación de injusticia. Cuando se expresan las emociones, se alivian las penas.
En esta fase, tomas conciencia de la situación real y empiezas a pensar que podías haber hecho otras cosas como pensar que era grave, que no era solo un empacho como otras veces, quizás tendría que haber acudido al hospital veterinario rápidamente ante la menor sospecha de que algo pasaba, quizás, esto, quizás aquello…de enfadas contigo mismo, o culpas al veterinario, o te enfadas con todo el que tuvo contacto con el peludo y no vio la gravedad …Todo esto es completamente normal.
Fase de Tristeza
En este momento llegan los recuerdos dolorosos a los que te aferras y llega el momento de llorar a tu compañero perruno y soltar las emociones. Llegaran recuerdos alegres que querrás evitar porque te ponen triste.
Es una fase que puede durar varias semanas o hasta meses porque es un proceso lento hasta llegar a aceptar la pérdida. Es necesario ir poco a poco recordando los momentos felices que compartiste con tu peludo.
Fase de aceptación
En esta fase vas tomando conciencia de la desaparición de tu compañero, y al final vendrá la paz, aunque no se elimine del todo la tristeza. Gradualmente se va abriendo paso a la esperanza. Se alternan temporadas buenas con otras no tan buenas, coincidiendo con fechas significativas, como aniversarios etc.
Una parte especialmente delicada es como explicarle a un niño pequeño que su compañero de vida, aquel que estuvo a su lado desde que nació, con quien compartió juegos, risas, travesuras, cariños… ya no estará nunca más para hacerlo.
- Deberíamos informar al niño o niña de lo que ha sucedido, teniendo en cuenta su edad
- Evitar frases como “se ha ido”, “se ha dormido para siempre y ya no va a despertar”… Ese tipo de frases podrían crear confusión
- Responderles a sus preguntas con respuestas acordes a su edad y permitiéndole que exprese sus emociones. Decirle que es normal estar triste, que tu también lo estás.
- Recordar al perro y las cosas que hacía en lugar de evitar hacerlo. Eso ayudará a que, con el tiempo, aunque ya no esté físicamente, tenga un lugar en su corazón.
- Leer cuentos que traten el tema de la muerte, la pérdida., adecuados a su edad. Cuando llegue el momento, hacerle a su compañero de juegos, un dibujo de despedida, una carta, plantar una semilla, un árbol…
El duelo de tu amigo perruno no es tarea fácil, es un proceso de cicatrización más o menos largo que variará según la relación que había entre ambos. El ritmo variará en cada persona. Sigue tu propio ritmo para hacer el duelo de tu amigo, y permítete hablar de tus emociones, es una buena alternativa para seguir adelante.
«El duelo es tan natural como
llorar cuando te lastimas,
dormir cuando estás cansado,
comer cuando tienes hambre,
estornudar cuando te pica la nariz.
Es la manera en que la naturaleza
sana un corazón roto.»
Doug Manning
«No me quites mi duelo»