Descubre cómo vivir con pasión

¿Has notado alguna vez que esa chispa que te impulsaba a dar lo mejor de ti, de repente se desvanece sin previo aviso? ¿Quizás, en determinados momentos, sientes una intensa motivación al embarcarte en una nueva tarea, mientras que, en otros, esa misma actividad que antes te ilusionaba, ahora no te aporta absolutamente nada?

¿Te has preguntado por qué en ocasiones, tras conseguir una meta, experimentas una placentera sensación de bienestar y satisfacción, y en cambio, otras veces el logro no te provoca la más mínima emoción?

Si te resulta familiar esta situación, es probable que el “interruptor” interno que regula tu motivación, tu placer y tu recompensa esté jugando un papel más complejo del que imaginas. Ese “interruptor” es la dopamina.

¿Qué es la dopamina?

Es un neurotransmisor clave en el circuito de la recompensa de nuestro cerebro. Aunque a veces se simplifica considerándola la “hormona del placer”, su función es mucho más amplia e Interviene en la motivación, el aprendizaje, la memoria, la regulación del humor, la toma de decisiones e incluso en la coordinación de movimientos. Es decir, la dopamina no es solo disfrutar de un helado o sonreír tras recibir una buena noticia; es ese impulso que te lleva a levantarte cada mañana con ganas de perseguir tus objetivos, la fuerza que te impulsa a intentarlo de nuevo cuando algo no ha salido como esperabas.

La dopamina también influye en numerosas funciones fuera del cerebro como la motilidad gastrointestinal, la liberación de hormonas, la presión arterial e incluso en la actividad de las células del sistema inmune.

No existe una prueba que permita medir de manera sencilla, la actividad dopaminérgica en tu día a día. Tus análisis de sangre y demás pruebas médicas pueden ser completamente normales, pero eso no significa que tu equilibrio interno, en términos de motivación y placer, esté en su punto óptimo. A menudo, te sientes con falta de energía, sin comprender por qué unas veces estás a tope de ideas y proyectos, y otras careces de todo entusiasmo.

Factores que influyen en el nivel de DOPAMINA

  •       ALIMENTACIÓN y ESTILO DE VIDA:  Una dieta pobre en nutrientes, puede afectar a la producción y al uso de la dopamina en tu cerebro. No se trata solo de comer “sano”, sino de reconocer que tu estado de ánimo y tu motivación no responden con la misma intensidad todos los días a los mismos estímulos.
  •       ESTRÉS Y EMOCIONES MAL GESTIONADAS:  El estrés crónico contribuye a alterar el equilibrio de neurotransmisores, incluida la dopamina. Cuando te encuentras bajo presión, tu cuerpo produce cortisol y adrenalina, lo que con el tiempo puede afectar el sistema de recompensa, haciendo más difícil sentir placer o mantener la motivación.
  •       CALIDAD DE SUEÑO, LA PREDISPOSICIÓN GENÉTICA, EL ENTORNO SOCIAL Y EL EJERCICIO FÍSICO, influyen en cómo percibes el mundo a través del prisma de la dopamina. Un desequilibrio puede generar apatía, dificultad para concentrarte, falta de interés por lo que antes te entusiasmaba.

 

ABORDAJE INTEGRAL
La dopamina forma parte de un engranaje complejo que conecta tu mente, tus emociones, tu alimentación y tu entorno. Igual que sucede con el colon irritable y el eje cerebro-intestino-microbiota, tu equilibrio dopaminérgico está estrechamente ligado a tu mundo interno y externo. Para recuperar el bienestar, no basta con una única solución mágica; es necesario un abordaje global.

Investigar qué acontecimientos de tu vida coincidieron con la disminución de tu motivación o el aumento de la desidia es clave. Es posible que una situación estresante, una pérdida, un cambio radical en tu rutina o un trauma no resuelto estén afectando tu capacidad de sentir placer y recompensa. Recuerda: “El cerebro habla lo que la boca calla” y, en este caso, la dopamina puede ser un mensajero silencioso de aquello que no expresas.

Aprender a manejar el estrés, mejorar tu higiene del sueño, optar por una dieta rica en nutrientes que favorezcan la producción de neurotransmisores, incorporar ejercicio físico moderado y trabajar tus emociones a través de terapia, meditación, respiración consciente o prácticas como el yoga, pueden marcar la diferencia. Todo ello contribuye a restablecer esa comunicación interna y a devolverle a tu mente su capacidad de disfrutar del presente y encontrar satisfacción en lo que haces.

Y, déjame decirte, que, aunque haya un importante componente emocional y mental detrás de tu equilibrio con la dopamina, lo que sientes es muy real. Se puede explicar neurobiológicamente, y, por tanto, se puede abordar desde múltiples ángulos, con la esperanza de que recuperes esa chispa que parece haberse apagado.

Recuerda, la dopamina no se trata solo de experimentar placer; es también la motivación para avanzar, el combustible que te impulsa a crecer, a crear y a perseguir aquello que te apasiona. Cuando logras encontrar el punto de equilibrio —ese estado en el que haces las cosas con el corazón, el alma y la pasión—, vives tu día a día con entrega, con lo que los griegos denominan “Meraki”. Porque el verdadero objetivo no es sentir placer todo el tiempo, sino hallar el sentido a lo que hacemos y poner en cada acción un pedacito de nosotros mismos.

Vive con pasión y deja que tu dopamina fluya para convertirte en la mejor versión de ti mism@.

Continuaremos profundizando en cómo el desequilibrio en tus niveles de dopamina se puede asociar con ciertas enfermedades como la depresión, Trastorno de déficit de atención e hiperactividad, en el Parkinson, e incluso en el papel que juega en las adicciones, porque tan malo es tener déficit de dopamina como tener exceso.

 Si hay algún tema específico que te preocupe, házmelo saber en consulta@otiliaquireza.com

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* La salud integral es, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el estado de bienestar físico, emocional y social de un individuo, y no solamente la ausencia de enfermedad.